Por primera vez desde que se inició el juicio, los integrantes de la banda hablaron ante el tribunal y coincidieron en que nunca incentivaron el uso de bengalas. “Mi novia falleció y a mi mamá se le quemó el 40% del cuerpo. ¿Cómo voy a exponer a la gente que yo quería a semejante desastre?", aseguró el cantante, Patricio Santos Fontanet.
Los músicos de Callejeros se declararon este miércoles "totalmente inocentes" de la tragedia de Cromañón y negaron haber incentivado el uso de bengalas así como haberse representado que podían provocar la muerte de 194 personas.
Por primera vez desde que en agosto se inició el juicio, hablaron ante el Tribunal Oral en lo Criminal 24 el escenógrafo Daniel Cardell, el saxofonista Juan Carbone, el cantante Patricio Santos Fontanet, el baterista Eduardo Vázquez, el bajista Christian Torrejón, el guitarrista Elio Delgado y el ex manager de la banda, Diego Argañaraz.
"No entiendo por qué estoy involucrado en esto porque yo sólo fui a poner un montaje escénico en un show musical", comenzó Cardell su declaración e inmediatamente remarcó que la noche del 30 de diciembre de 2004 "se hizo mejor cacheo de la historia".
Cardell luego se dedicó a mostrar varios videos de otras bandas como Los Piojos, La Renga, Catupecu Machu y Divididos en los que se podía ver cómo se arrojaban bengalas y remarcó que con esas imágenes "queda demostrado que todos tiraban pirotecnia" y no sólo en sus shows existía esa costumbre.
Según el escenógrafo, después de Cromañón empezó una persecución hacia ellos cuando "los que tenían la obligación de cuidar, no modificaron las normativas".
"Cuánto más culpables sean (el ex gerenciador de Cromañón Omar) Chabán y Callejeros, menos culpable va a ser el Estado", afirmó.
El escenográfo aseguró que Callejeros "está conformado por gente trabajadora a la que durante estos años se la trató de desvirtuar como personas" y subrayó: "Somos todos sobrevivientes de este desastre, para volver a trabajar tuvimos que recorrer muchos kilómetros".
Agregó que "el público era y sigue siendo feliz en los shows" y negó que entre sus seguidores hubiera bandas enfrentadas, como declararon algunos testigos".
"A nadie se le representó el daño del que todos hablan acá", dijo Cardell y poco después se quebró al recordar que la noche del incendio buscó toda la noche a su novia Romina en los hospitales hasta que la halló al día siguiente en el Hospital de Clínicas y sobrevivió tras permanecer 25 días internada.
"Soy totalmente inocente de los cargos que se me imputan, espero señores jueces que no tengan presiones políticas y que se termine este estado de incertidumbre en el que estamos", concluyó.
Por su parte, el saxofonista Carbone sostuvo que "es un pensamiento morboso, criminal, psicótico, de alguien desquiciado" atribuirles que actuaron con dolo y que todas las imputaciones son "cháchara y pescado podrido".
"Me están diciendo que yo quise matar a mis amigos, a mi familia, a mis fans. En qué cabeza entra eso?”, se preguntó.
"No entiendo por qué estoy acá", afirmó el músico y cuestionó todas las imputaciones que les hizo el juez de instrucción Julio Lucini, entre ellas vender más entradas que las permitidas, tocar en un lugar no habilitado y no contratar la seguridad adecuada.
"¿Qué delito es poner a la venta entradas? Y si a mi me muestran una habilitación, no sé si es verdadera o trucha", se quejó el acusado, quien fue el más locuaz, alterado y la vez irónico en su declaración.
"Dicen que había que poner más seguridad. ¿Qué había que poner? ¿Perros, rayos X, control del dengue? Yo sé que a todos les revisaban las zapatillas y las mochilas", afirmó.
Carbone se quejó de que Mario Díaz, uno de los encargados de Cromañón, no estuviera siendo juzgado, ya que él sabía que la puerta de la salida de emergencia estaba cerrada con candado y él tenía la llave. "Es increíble que no lo hayan procesado", señaló.
"Esto me destruyó la vida, a mi, a toda la sociedad y especialmente a las víctimas fatales, pero nos queremos, seguimos unidos y por más que me quieran convencer con tecnicismos, en lo más profundo de mi alma sé que soy inocente", concluyó.
A su turno, Santos Fontanet, negó haber incentivado el uso de bengalas durante los recitales y rechazó que su familia haya ingresado alguna vez pirotecnia, como declararon algunos testigos.
"Los chicos nunca recibieron un mensaje de mi parte sobre el uso de bengalas y nuestras familias nunca ingresaron pirotecnia", afirmó, leyendo la declaración de un papel en un minuto.
Agregó: "Yo pensé que esa iba a ser una noche inolvidable, pero mi novia falleció y a mi mamá se le quemó el cuarenta por ciento del cuerpo. Cómo voy a exponer a la gente que yo quería a semejante desastre?".
El cantante aclaró que siempre fue "músico y artista", pero nunca productor ni empresario y "menos inspector, policía o bombero" como para conocer de habilitaciones de locales bailables.
Vazquez, el baterista, también entendió que la función del grupo era "netamente artística" y no "estar viendo puertas, ventanas".
"Acá falló el sistema de los que están para cuidarnos: los legisladores, los diputados, senadores...estuvieron totalmente ausentes. Nunca vi una advertencia, se cagaron en la gente y en la cultura del rock", remarcó.
Torrejón hizo hincapié en que luego de la tragedia llevaron al grupo "a la clandestinidad" y no los dejaban tocar, mientras que Delgado habló unos minutos y sólo negó haber incentivado el uso de bengalas.
El último en declarar fue Argañaraz, quien dijo que como manager se encargaba de buscar los lugares para tocar, del sonido e incluso llegó a ir a pegar afiches en la calle, pero que jamás fomentó el uso de pirotecnia.
"Si me representaba el hecho, ¿voy a poner a mi familia lo más cerca del techo posible?", se preguntó en alusión a que su mujer y sus primos estaban en el sector vip y murieron a raíz de la tragedia.
Fuente; Telam
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