El festival de Coachella es, por si no lo sabés, una cita clave del rock mundial, como lo es Glastonbury en Inglaterra, el Hellfest en Francia para los hermanos del metal, el Vive Latino en México para nosotros los latinos o Roskilde en Dinamarca. Tocan todos. Esta vez, Morrissey, Paul McCartney, Yeah Yeah Yeahs y The Killers fueron parte tremenda del cartel. Y entre ellos, The Cure.Fue un set maratónico el de la noche de anoche en California: ¡32 canciones de toda su discografía! La energía que no decae, Robert Smith que es como un héroe, y Porl Thompson y Simon Gallup en guitarra y batería respectivamente, que son como héroes también. El setlist fue bastante dark, con lo más denso y emotivo de su discografía:"Prayers for Rain", "A Strange Day", "Disintegration", "One Hundred Years", "Primary", y cosas muy, muy lindas como "Pictures of You", "Lovesong", o "In Between Days". Y mucho, lógico, de su último disco, "4:13 Dream".
Después de casi 3 horas, por esas del planeamiento de festivales, se les terminaba el turno. Así que en plena rendición de "Boys Don't Cry", les encienden las luces y les cortan el sonido, algo muy criminal para la banda, una de las más significativas del rock, y para los casi 80 mil presentes. No importó: Smith y la pandilla siguieron tocando desconectados dos canciones, "Jumping Someone Else's Train" y "Grinding Halt", de su primer disco de hace casi 30 años, mientras miles corrían al escenario para no perderse la sorpresa.
¡Ese es espíritu!
Fuente MTV
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